Cuando
tú no estás, quisiera dormir,
soñar
que estás conmigo,
y
despertar cuando llegues
con
tu voz en mi oído.
Cuando
tú no estás,
soy
como un mago sin poderes,
abandonado
a su suerte
en
un sinsabor de quereres.
Pues
la magia que fluye por mi cuerpo,
reposa
en esa corriente que surge
cuando
nuestros labios se juntan,
y
hacerlo… hacerlo me urge.
¡Qué
triste es la felicidad cuando no estás!
¡Qué
triste es sonreír mientras te extraño!
Intento
darle color a mi mundo en vano
pues
el blanco y negro hace daño.
Cuando
tú no estás,
soy
como un mendigo,
pasando
hambre de amor,
extrañando
tu abrigo.
Pues
aún bajo el sol
un
frío interno se siente,
quiero
que mires mis ojos,
esos
que nunca te mienten.
Es
poco el tiempo,
mucho
el desespero,
sólo
han sido unos días,
pero
te espero, te espero.
Prosiguió
aquella silenciosa pero ardua batalla contra la
impenetrable
oscuridad, y allí donde menos lo esperaba, encontró una
vela
encendida para vencerla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario