Son
muchas las malas ideas que otorga el catolicismo,
religión
en la cual, sin preguntarme, me dieron bautismo.
A
pesar de eso puedo alegar con total convicción,
que
fui bautizado católico, pero no pertenezco a ninguna religión.
Repiten
mil veces que se debe ayudar a la gente con pobreza,
y
son Iglesias de mármol, oro, plata y bronce donde rezan.
Me
gustaría saber si en el mundo existiría tanta hambruna,
si
el Vaticano se dispusiera a aportar una parte de su fortuna.
Afirmo
claramente, y lo seguiré afirmando en mi lecho,
que
para mí la Iglesia Católica son solo cuatro paredes y un techo.
Quisiera
entender algo que me causa gran conmoción:
si
Dios está en ti ¿por qué lo buscas en una institución?
¿Será
que acaso hemos olvidado como escuchar a nuestro corazón?
¿o
será que estamos acostumbrados a seguir a otros en sumisión?
La
cantidad de gente ciega que acude a sus puertas hace que me asombre,
sin
recordar que la Iglesia no la creó Dios: la crearon los hombres.
¿Acaso
porque una persona rece tanto en la noche como en el día,
significa
que es superior a mí y puede darme la eucaristía?
A
mi Dios lo recibo yo solo, en situaciones importantes o banales,
y
recuerden en todo momento que todos somos iguales.
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