Vistas de página en total

sábado, 1 de febrero de 2014

Veinte Rosas que no Mueren (2012)

En medio de la nada
salgo de mi burbuja,
pues algo toca mi piel
y tu silueta se dibuja.

Bajo un sol oscurecido
por las nubes presentes,
te me apareciste tú
para confabular con mi mente.

Y yo que no quería
comprometer mis sentimientos,
pero ellos mismos corriendo
fueron como locos a tu encuentro.

Y yo que me sentía
tan herido y sin aliento,
y ahora, que te estoy viendo,
sé que eras todo lo que anhelaba.

Me he equivocado
al pensar que eras cuestión de un rato,
cuando desde hace mucho
que no quiero que te vayas.

Me he confundido
al pensar que podía irme a salvo,
ahora sólo te escucho,
y a veces mis sentidos fallan.

Y fui a tomar mi espada,
para mi lucha del día a día,
y te encontré a mi lado
haciéndome compañía.

A tu lado puedo ser
el caballero victorioso,
que, con ojos llorosos,
se sensibiliza, siente.

Pues tu rostro tiene algo,
que me arrebata la prisa,
y dejé de creer en Dios
para creer en tu sonrisa.

Y no hace falta mucho más,
cuando me siento vacío,
que ponerte en ese lugar
donde escuchas mis latidos.

Donde se me quita el frío,
mientras te lleno de caricias,
donde somos uno solo
y dejo a un lado la malicia.

Creo que desde que te vi
ya no había vuelta atrás,
me quería acercar más,
estaba como en una hipnosis.

Sé que suena un poco cursi
que te diga que eres mi vida,
pero es que con tu partida
todo perdería sentido.

Pues al tomar tu mano
siento que puedo derrotar al mundo,
y que ni un océano oscuro y profundo
podrá hacerme daño alguno.

Contigo hasta no hacer nada,
se convierte en un momento bonito,
y el único requisito
es simplemente que no me sueltes.

Corre a mi lado
y hagamos un plan de vida,
pues la criatura perdida
encontró un hogar finalmente.

Y el demonio que está en mi mente
ha sido silenciado en el acto,
sin que existan pactos,
sin que exista tregua alguna.

Veo la luna,
después te veo a ti,
y todo lo que aprendí,
lo que me enseñaste, se hace notar.

Para que no tengas duda
de que sí eres mi musa
en esta niebla difusa
llamada Planeta Tierra.

Te entrego este poema
directamente en tus manos,
como muestra de que Te Amo
con cada gota de mis venas.


José Tedesco

1 comentario:

  1. NOTA DEL AUTOR

    Este texto fue el regalo de aniversario de noviazgo para una de mis ex novias.

    Nunca me gustó mucho, sinceramente. Creo que nunca pude hacer justicia con mis palabras al amor que sentí por ella, lo cual me llevó a un cierto "bloqueo del escritor".

    A ella no le gustaba que yo no le escribiera, pero a mí pocas veces me gustaba escribirle. Sentía que mis escritos eran ridículos comparados con mis sentimientos.

    Este texto no fue la excepción. Le puse un esfuerzo grandísimo y de todas formas siento que muchos de mis escritos son mejores.

    "Veinte Rosas que no Mueren" en principio tenía 3 o 4 versos más, que decidí eliminar al momento de publicar el texto.

    El título hace referencia al hecho de que no me guste regalar rosas, porque considero que arrancar la rosa es arrebatarle su belleza, además de que me parece una mala idea regalarle algo que muere rápido a alguien con quien, en teoría, quieres que las cosas se mantengan "vivas" por un buen tiempo.

    Los versos, en cambio, no tienen fecha de defunción.

    De las veinte rosas, hay tres en particular con las cuales adornaría mi jardín:

    -Y fui a tomar mi espada, / para mi lucha del día a día, / y te encontré a mi lado / haciéndome compañía.

    -Pues tu rostro tiene algo, / que me arrebata la prisa, / y dejé de creer en Dios / para creer en tu sonrisa.

    -Te entrego este poema / directamente en tus manos, / como muestra de que Te Amo / con cada gota de mis venas.

    ResponderEliminar