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domingo, 9 de marzo de 2014

Poema de un Vampiro (2008)

El general miró al horizonte,
y, allí donde puso la vista,
una equis en el mapa,
sus tropas, de artillería provista.

El aullido de un lobo,
la oscuridad de la noche,
la espada afilada,
la adrenalina en derroche.

Se seca las lágrimas,
exhala un débil suspiro,
-No se supone -se dice-
que deba llorar un vampiro.

Pero él tiene corazón,
y sus ojos tienen brillo,
a pesar de su frialdad,
a pesar de sus colmillos.

Se adelanta anhelante,
se esconde entre la maleza,
con actitud desafiante,
su mejor arma: la destreza.

El olor de la presa,
mientras atento escucha,
su alma lo invita adelante,
la luna lo invita a la lucha.

Se aproxima triunfante,
un crujido lo delata,
-No te escondas, te he escuchado.
-Idiota, de eso se trata.

Le clavó los dientes sin piedad,
víctima del masoquismo,
pues el espejo le tendió una trampa

y se está matando él mismo.

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