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domingo, 9 de marzo de 2014

Puoi (2013)

La puerta está abierta,
pero yo no quiero irme
me mantengo firme
¿o no? ya no lo sé

Despierta,
de verdad tienes que hacerlo,
pues en tu cerebro
hay algo que ya no anda bien

Quisiera ir de tu mano,
que entre las horas me escuches,
aunque yo no diga mucho
y a la vez mucho te diga

Y correr hacia arriba
con las fuerzas renovadas,
pero tú no digas nada
para que me lo digas todo

¿Y qué más da?
prefiero vivir con tus problemas
que alejarme de ellos
por alejarme de ti


Aunque veo que cambiar
parece un imposible
el defecto ya es tangible
y está pegado a tu ser.

Yo, ¿quién soy yo
si no navego en ese oscuro mar
aunque las aguas me puedan tragar
y no renazca más?


Caballos vienen sin control
y de sus colas fuego brota,
algunos con la cara rota
porque por nada se detienen


Bajaré de mi montura
y desenvainaré la espada
con la que cobraba venganza
y la cobraré de nuevo


Luego del suceso
me detengo momentáneamente
veo que nadie me busca
e irrumpo de forma brusca



          El lugar es elegante, y una mujer con gra-   ciosos ademanes me habla en un francés que yo    con torpeza logro entender. A mi derecha, un se-  ñor con una mirada sumida en la frustración me   dice "puedes" en italiano, y me acerca una silla    para que me siente frente a él. Cierro los ojos en   la penumbra y despierto mañana, o quizá despier- to ayer. Había imaginado mi muerte de otras mil   formas. Aun así estaba ahí, respirando sin amor.

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