Y
si caes, ¿qué más da?
el
futuro te levanta
cuando
tu sonrisa implantas
para
enfrentar la caída.
No
te quiero alicaída
saboreando
amargos suelos,
que
la causa de tus desvelos
sean,
quizás, las palabras.
Y
cuando tus alas abras
espero
me lleves contigo,
yo
seré el cálido abrigo
que
tu vuelo agiliza.
Y
que sientas en cada brisa
el
fuego que te dan mis besos,
o
el calor de mis caricias
acunando
tu progreso.
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