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domingo, 9 de marzo de 2014

They Call Me Crazy (2013)

Abren la puerta del cuarto
pues consiguieron la llave,
y la palabra clave
será "detente".

Ante el terror latente
del ensimismamiento profundo
de navegar en otro mundo
y no haberme dado cuenta.

Y de forma violenta
vuelvo a entrar en razón,
doy paso a la exasperación
cuando mis manos toman.

El brillo de una inyectadora
que su camino hace,
y ahora en mi cuerpo nace
la profunda somnolencia.

Abro los ojos
y a lo lejos los veo hablando,
lentamente enfocando
pero sin oír qué dicen.

Paredes grises
combinan con mi futuro,
en aquel cuarto oscuro
buscando cómo escaparme.

¿Van a matarme?
En el aire está la pregunta,
y mis nervios de punta
cuando siento que regresan.

-Una sorpresa les daré-
es lo que pienso,
y el camino más extenso
es el que elijo en la carrera.

Tropas enteras
persiguen la recompensa,
y con camisa de fuerza
me encuentro a los dos minutos.

-¡Qué poco astuto!-
pienso para mis adentros,
con los brazos somnolientos
porque me mordió la cobra.

Y es por mi obra
que el ejército me atrapa,
y bajo la capa
ya no tengo mis espadas.

Las carcajadas
se escuchan a los lejos,
en la sala del espejo
donde veo el mar de fondo.

Que está tan hondo,
que me aterra solo mirarlo,
y veo el fajo
de billetes en la esquina.

Pues la entidad mezquina
la ha ganado en la captura,
pero en mi sepultura
al bosque yo seguiré viendo.

Corro aunque cayendo,
busco la salida,
un plato de comida
me detiene al instante.

Como, aunque distante,
pues sé que estoy dormido
cuando calma mis alaridos
otra mordida punzante.

-Vas a estar bien-
me dice aquel ángel de blanco,
aunque sus alas esconde
y eso no es un buen presagio.


Y por las paredes blancas
supongo estar en el cielo,
y muero porque siento
que murieron mis anhelos.

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