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lunes, 14 de abril de 2014

Nimah (13 de Abril. 2014)

    
“En Primavera, el chacal busca pareja. El tigre no nos come y ruge; busca pareja. En Primavera, los nidos se llenan de flores, los peces desaparecen; buscan pareja. Le sale una pluma al pájaro: roja; al cocodrilo, diente nuevo y otra cola, a lajirafa. Todo busca pareja.
En Primavera, Nimah quería un Orí” Alejandro Jodorowsky.


      Encontraron a la Primavera, finalmente. Enterrada parcialmente en un riachuelo, bajo una roca; atestada de pequeños rosarios en la espalda y en los brazos; temblorosa, mancillada. A duras penas llegó este año, arrastrada por cuerdas, reanimada artificialmente por despiadados curanderos; tarde, débil y congelada.

      Puede que en Primavera, todo busque pareja, pero nadie piensa en ella. La Primavera se queda sola, desgastada y cansada. Sólo yo, Nimah, la recuerdo y la busco, pero hoy no voy a llegar. Estoy tan lejos que no alcanzan los segundos para contar lo que me falta para llegar. Estoy en otra dimensión, mi Orí. Sólo tú me puedes sacar de aquí, sólo yo te puedo sacar de allá. Hoy no llegaré, cariño; espero que lo entiendas.

     Enmudecido como estoy, las serpientes se enroscan desesperadamente en mi cuerpo hasta impedirme moverme. No puedo ver, no puedo respirar, pero tampoco puedo morir. Me dedico a esperar el momento, a reanimar mis articulaciones, mis músculos, mi alma; todo pensándote. Círculos amarillos y círculos grises se pasean por el cielo y, milímetro a milímetro, me voy acercando. Ya puedo sentir las mordidas en la espalda y en los brazos, el frío en los huesos, debe ser este río congelado que me dificulta aún más el poder caminar. Me voy haciendo uno con las serpientes. No lucho contra ellas, les hablo mentalmente, las voy entendiendo.

     Una a una, con el paso de los días, parecen entenderme también cuando las miro a los ojos. Se vuelven mis amigas, se desenroscan. La última, incluso, me traspasa con una mirada de dolor que no logro entender en ese momento. Aquí estoy, Orí, pero no te veo. ¿Orí? ¡ORÍ! Es en vano que grite. La roca sale de la nada y me embiste sin piedad.

    Se acabó la Primavera. Ya no estás aquí. Estás en otra dimensión rodeada de serpientes que no te dejan mover. Siempre estarás, únicamente dentro de mí, y yo dentro de ti. Ahora yo soy la Primavera. Ahora eres Nimah, y tendrás que buscarme... en vano.


"Nimah, en el bosque, llamó a Orí. Apareció un pajarraco. Era gris y volaba muy bajo. La hija pregunta: '¿Lo has visto?'. Él responde 'Lo veo dentro de ti".
'Sí', dice ella, 'pero yo busco un Orí que existe afuera'.
'Buscaremos juntos' decide el pajarraco.
Anduvieron y anduvieron. Al tiempo de labrar, ella dijo: '¡Te ha crecido una pluma dorada!'. Él: '¿Y a Orí dentro de ti?'. Ella: '¡Le ha crecido una pluma gris!'.
Anduvieron y anduvieron. Al tiempo de sembrar, ella dijo:
'¡Estás volando muy alto!'. Él: '¿Y tu Orí?'. Ella: '¡Vuela muy bajo!'.
Anduvieron y anduvieron. Al tiempo de cosechar, ella dijo:
'¡Tu plumaje es dorado!'. Él: '¿Y el de tu Orí?'. Ella: '¡Es gris!'.
Nimah agrega: 'Por fin existes afuera, Orí. Eres dorado y vuelas muy alto. Mas ya no te necesito. Amo a un pajarraco gris que vuela muy bajo'.
Orí pregunta: '¿Y dónde está?'.
La hija responde: '¡Dentro de mí!'. Alejandro Jodorowsky.



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