“Sabrás que me quieres cuando yo esté en silencio y me escuches a gritos” Fabiola Fiorini.
Gira el cilindro que está junto a la ventana y mantente ahí, convirtiéndote en mi luna personal.
Entonces yo abriré mi desgastado libro y le añadiré una página blanca que resalte entre todas las demás; una que no esté rota, ni quemada, ni agujereada, ni llena de polvo.
Blanca y llena de pequeños puntos negros... mi escrito, tu piel.
Sé que la última vez que viniste, las paredes no estaban manchadas, y es que he hecho un verdadero desastre con los zancudos.
El aroma concentrado del tabaco se ha ido parcialmente, y con él, el frío y la humedad.
Sigue así, sigue aquí, sigue en mí... para que caiga la noche y yo no deba preocuparme por las pesadillas.
Y un día te susurraré, te hablaré, te cantaré... te diré a gritos muchas cosas, sin necesidad de abrir la boca.
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