"Regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas, pueden ser valorados más que una joya" Julio Cortázar.
Supongamos, por un ligero instante, que eres un delicado sueño en forma de perfumado humo, y que te cuelas por debajo de las puertas; también flotas por encima de los muros. Así eres tú, sublime e imparable.
Supongamos, por un ligero instante, que eres una leona desterrada, que blando un látigo que me arrebatas de un zarpazo, pero no me asesinas, sino que jugamos a cerrar los ojos y trascender nuestros cuerpos. Así eres tú, fuerte, independiente e indomable.
Supongamos, por un ligero instante, que el mundo es un rompecabezas de muchas piezas. Y tú eres una de esas piezas, una que calza correctamente, una cuyos bordes carecen de imperfecciones. Al contrario: tus bordes han sido restaurados y moldeados. Así eres tú: irremplazable.
Supongamos, por un ligero instante, que esta hoja es un beso que te doy en la frente en un momento inesperado, un papel que, ciertamente, fue escrito a las apuradas, pero con mucho cariño para ti.
Sonríe.
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